Causas y consecuencias del derrumbe de la Bolsa en China

En Junio 2015 comenzó una estrepitosa caída en la Bolsa de Shanghai. Causas y consecuencias.

¿Qué sucede en China?

Durante los últimos años, la inversión en real estate fue el camino de los inversores privados chinos para la colocación de los ahorros. La actividad de la construcción se apoyaba en la inversión de desarrolladores y gobiernos municipales, a fuerza de endeudamiento.

Ante la sobreoferta de propiedades y los riesgos derivados del apalancamiento, el gobierno chino endureció las políticas crediticias, lo cual frenó el crecimiento del sector. Esto gatilló la necesidad de venta por parte de los desarrolladores para cancelar deuda. Resultado: precios de las propiedades en caída.

Con la economía creciendo menos y el mercado del real estate sin brindar los niveles de rentabilidad de antaño, el gobierno necesitaba nuevas herramientas que soporten la creación de riqueza y por ende el consumo privado, nuevo driver del crecimiento del PBI.

El camino fue desregular el mercado accionario.

Para ello habilitó el acceso de inversores extranjeros a la Bolsa de Shanghai (antes sólo permitido en Hong Kong), facilitó el acceso de las empresas locales (IPOs), entre otras medidas. Además, con medidas como la reducción de la tasa de interés de referencia y el nivel mínimo de reservas exigido a los bancos (RRR), facilitó el acceso al crédito de pequeñas empresas y privados. Esta liquidez se volcó al más flexible mercado accionario.

En China, se estima que más del 80% de los inversores son pequeños o medianos, los cuales motivados por las bajas tasas de interés de los préstamos y otras herramientas financieras, se endeudaron para direccionar sus ahorros a la Bolsa.

En el centro del esquema de préstamos, y del colapso posterior de la Bolsa, está el mecanismo llamado “margin calls”. Por éste, los inversores consiguen dinero prestado para invertir en función del valor de cotización de los títulos en cartera (“leverage investing”). En China, millones de pequeños inversores habrían pedido préstamos a brokers bajo estas condiciones.

Todo esto generó la burbuja de principios de 2015, cuando las acciones crecieron de forma espectacular, mientras la economía del país no acompañaba este desempeño.

La burbuja se desinfla

En Jun’15, el valor del índice de la Bolsa de Shanghai cayó 30% en tres semanas y regresó a los valores de Mar’15, todavía 70% superiores a los registrados un año atrás.

El desplome comenzó con la suspensión, por parte de la autoridad de regulación china, de la operación de tres grandes brokers que se dedicaban a prestar dinero para la compra de acciones. Esto puso en alerta al resto del mercado.

La caída de la Bolsa disparó la necesidad de cubrir las posiciones de las “margin calls”, acelerando las ventas y por ende el círculo vicioso.

¿Cómo reaccionó el gobierno chino?

Intervino para evitar que se profundice el colapso. Entre otras medidas, frenó las autorizaciones para salir a la Bolsa de nuevas empresas, suspendió la cotización de más de 1.000 empresas, y el Banco Central aseguró que compraría acciones de las pequeñas firmas más afectadas.

Además, anunció un nuevo recorte de tasas y una nueva reducción del índice de reservas que deben mantener los bancos (RRR), lo cual esperan facilite el acceso al crédito y vuelque más dinero para que la actividad económica no se frene.

Impacto en la economía local y global

Cubrir las posiciones por la pérdida en la Bolsa hace que muchos inversores deban desprenderse de sus stocks de materias primas. En algunos casos, commodities como el cobre y el iron ore también son utilizados como colaterales de préstamos lo que agrega volatilidad a los precios.

Además de todo lo anterior, la pérdida de oportunidades de inversión y consecuente menor “sensación de riqueza” impactará en el consumo chino, detrás de lo cual está el crecimiento del PBI y su efecto sobre la demanda de bienes y commodities.